Ulises Y La Ciencia - Cienciaes.com

Somos el producto del sentir colectivo de decenas de billones con “b” seres vivos diminutos: nuestras células. Células que nacen, viven y mueren. En el tiempo que ustedes van a estar escuchando a Ulises, morirán en sus cuerpos varios millones de células, no se preocupen, la mayoría de ellas se autosacrificarán para que usted pueda vivir. Ulises nos habla hoy de los niveles de organización de la naturaleza.

El conocimiento humano se va construyendo poco a poco sobre cimientos más antiguos. De vez en cuando, un edificio, una teoría, se desmorona por inconsistente y otra crece sobre las ruinas. Ulises nos habla hoy de una hipótesis de Darwin que explica la existencia de los atolones, unas islas en forma de anillo que existen en el Pacífico. Aunque Ulises no lo mencione por falta de tiempo, la visión de Darwin se apoya en las investigaciones anteriores de otro gran científico: el geólogo escocés Charles Lyell. Hablamos de él en el texto complementario que añadimos en nuestra página Web: http://cienciaes.com.

Observemos el globo terráqueo. Conocemos con extraordinario detalle las tierras emergidas, sin embargo olvidamos que la palabra "emergida" identifica tan sólo aquella parte de la superficie terrestre situada por encima del nivel de las aguas, el resto, el 71 por ciento de la corteza terrestre, está oculto bajo los océanos, es una mancha azul.

Dédalo e Ícaro levantan vuelo hacia el cielo con sus alas de cera. Ulises se apoya en esta preciosa historia de la Mitología para hablarnos de la energía que el Sol derrama cada día sobre la Tierra. Una energía que nos da la vida y estamos aprendiendo a aprovechar gracias a los últimos avances en la tecnología de células fotovoltaicas orgánicas.

La Tierra es un cuerpo errante que se mueve por un espacio vacío. A pesar de su extremada soledad, de vez en cuando, se encuentra con cuerpos tan errantes como ella y la colisión es inevitable. A esos visitantes del espacio les hemos dado diversos nombres: estrellas fugaces, meteoros, bólidos y meteoritos. Hoy Ulises nos invita a conocer algunos aspectos de las colisiones cósmicas presentes y pasadas. Como complemento, en nuestra página Web –cienciaes.com- les ofrecemos la historia de dos catástrofes astronómicas sucedidas durante los últimos 15 años y una teoría.

Ulises habla de la magia de la ciencia aplicada a la energía nuclear. En cienciaes.com completa sus explicaciones hablando del Vacío Cósmico.

La ciencia yace escondida en todos los rincones de nuestra vida y descubrirla es un ejercicio fascinante. Para disfrutar con ella no son necesarios costosos aparatos ni laboratorios ultramodernos, basta con mirar a nuestro alrededor y sentir curiosidad por lo que observamos. Deshagámonos de los prejuicios rancios que colocan a la ciencia en el pedestal inaccesible del "eso es muy difícil", "yo soy de letras" o toda la colección de tópicos con el que intentamos justificar lo que no necesita justificación. Al fin y al cabo, si no fuéramos ignorantes ¿qué necesidad tendríamos de aprender?. Ulises nos invita a aplicar esta lección comprendiendo la física del fútbol.

Ulises nos invita a un paseo a la sombra de las impresionantes cumbres de los Pirineos lunares y da algunos consejos elementales para la supervivencia en nuestro satélite. En nuestra página web, contamos la historia del Origen de la Luna.

Los restos arqueológicos que el tiempo no ha destruido son tan escasos que un descubrimiento da a sus primitivos dueños una fama que, en ocasiones, no merecen. Eso sucedió con el Faraón Tutankamon, que reinó en Egipto desde la edad de 9 años hasta su muerte, a los 18 años, en el año 1325 a.C. No fue un gran gobernante, pero su tumba le ha dado una fama que nadie le puede quitar.

El cielo nos sorprende a veces con espectáculos fascinantes: Columnas de luz que emergen del Sol, circunferencias que rodean a la Luna, falsos soles, arcos luminosos... Hablamos de fenómenos de halo.

¿Cómo surge la vida? Hubo tiempos en los que se pensaba que surgía por generación espontánea. Ahora parece una idea ridícula, pero así lo creían Aristóteles, Santo Tomás de Aquino o el mismísimo Newton...

Un objeto tan denso que nada puede escapar a su gravedad, ni siquiera la luz. Ulises nos propone hoy un viaje hasta las cercanías de un enorme Agujero Negro.

La edad de la Tierra, establecida ahora en 4.500 millones de años, fue objeto de debate durante una buena parte de la historia de la Humanidad. Ulises nos lo cuenta.

El juego de atracciones entre la Tierra, la Luna y el Sol provoca fenómenos insospechados en las aguas de ríos y océanos. Ulises habla hoy de las ondas solitarias provocadas por las mareas.

Seres de otros mundos. Juegos con balones invisibles. La búsqueda del alma eléctrica. El investigador que supo ver a una de las partículas más pequeñas y escurridizas de la materia.

Cuando una nave espacial alcanza su órbita, los motores se apagan y el peso desaparece como por arte de magia Si no pudiéramos ver dónde estamos, nos parecería que la Tierra no existe. Pero está ahí fuera, a poco más de 200 kilómetros. Su gravedad es casi la misma que en la superficie ¿qué ha sucedido? Ulises nos lo explica.

Ulises nos propone una mezcla de Ciencia, arte y mitología con el único objetivo de cautivar la atención de nuestros hijos y amigos para que se entusiasmen por la ciencia.

Bien mirado, somos un saco de bacterias.Por cada célula de su cuerpo usted lleva siempre consigo una media de 10 bacterias. Las decenas de billones de células humanas están en franca minoría frente a los centenares de billones de bacterias que colonizan cada centímetro cuadrado de su piel, sus ojos, su boca, su nariz o su intestino. Abultan menos por el simple hecho de que son mucho más pequeñas que las células humanas.

La curiosa historia del órgano de la Catedral de San Petersburgo. Extraños comportamientos de los cuerpos a muy bajas temperaturas. La superconductividad y la superfluidez.

El ADN y la información genética. Basta con mirarnos al espejo para saber que algo tenemos de nuestros padres: la forma de la nariz, tal vez,  el color de los ojos, quizás, o ese "aire de familia" que, a decir de algunos, unas veces recuerda a nuestra madre y otras a nuestro padre biológico. Es la expresión de un lenguaje precioso: El ADN, el lenguaje de los dioses.