Paco Navas - Psicólogo - Mente Dinámica En Acción

Te dolió, sí. Pero lo más duro no fue lo que esa persona te hizo… Fue lo que tú mismo permitiste. Ese día que te callaste. Ese día que te quedaste esperando. Ese día que te aferraste al miedo en vez de a tu dignidad. Eso es lo que más pesa. CONSEJO: La próxima vez que alguien te falle, no mires solo su traición. Mira tus silencios. Tus excusas. Tus ganas de seguir aferrado a lo que ya no estaba. Tu necesidad de aprobación. La forma en que justificaste lo injustificable. Porque no se trata de culparte, sino de despertar. De dejar de mendigar atención como si tu valor dependiera de eso. De entender que quien no te elige no te merece. Y que tú tampoco tienes que quedarte donde solo hay migajas. A veces no te hacen daño. A veces tú lo permites. Por miedo a la soledad. Por no querer empezar de nuevo. Pero cada vez que eliges a alguien por encima de ti, te pierdes un poco más. Y eso… también es traición. Pero propia. Y esas duelen más. Porque sabes que pudiste irte… Y no lo hiciste. Descarga gratis la hipnos