Desarrollo Profesional

Volvemos a la carga esta semana hablando de la «parálisis por análisis», un problema muy habitual al que nos enfrentamos no solo en nuestra vida profesional sino también personal. El exceso de planificación de un proyecto o una tarea, por cualquier motivo que sea, nos lleva a restar mucho tiempo a la fase de ejecución y sin darnos cuenta se queda todo en eso, un mero plan si ejecutar o mal ejecutado debido a la falta de tiempo. ¿Te suena de algo? Seguro que te ha pasado muuuuuchas veces como a mi. Lo peor de la parálisis por análisis es que no solo supone no hacer las cosas bien o a tiempo sino que el coste de oportunidad que se crea es muy alto. Todo el tiempo que estás planificando lo estás perdiendo en lo verdaderamente importante: tomar acción. Yo personalmente lo he sufrido bastante hasta hace unos años pero encontrar y trabajar a gente totalmente opuesta a mi en ese sentido me ha enseñado a ser más de acción y menos de hojas de excel súper planificadoras. Creo que en el equilibrio de las dos partes está

Muy buenos días y bienvenidos a este primer episodio del podcast donde compartiré con todos vosotros todo lo que aprendo de camino hacia mi meta: vivir muy bien de mi propia empresa. Hechas las presentaciones, hoy vamos a hablar sobre el cambio que puede suponer en nuestra vida profesional cuando trabajamos para otra persona si nos damos cuenta que «tú eres tu propia empresa». Este cambio de paradigma que escuché por primera vez en el podcast de Joan Boluda (al cual estaré eternamente agradecido por motivarme a hacer este podcast) ha supuesto un cambio muy grande en mi forma de afrontar el día a día en mi trabajo. Los que somos emprendedores y en un momento de nuestras vidas tenemos que trabajar por cuenta ajena para otros solemos sentirnos «enjaulados» por no estar trabajando en nuestra propia empresa. Este sentimiento de frustración es normal pero debemos darnos cuenta que realmente cada uno de nosotros somos nuestra propia empresa y en ese momento tenemos un solo cliente: nuestro jefe. Al final no hay tant